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Viajar unos 350km para sentarse y ver videos que podría mirar en Youtube no es mi idea de diversión, pero por suerte cuando terminaron de mostrarnos lo que supongo es la mejor evidencia que tienen, finalmente Silvia Simondini, la fundadora y dueña del museo, nos deleitó con una pequeña presentación que pueden ver, en su totalidad, en Youtube.
Silvia nos contó la historia de una esfera que cayó en Entre Ríos. Un relato altamente extraño donde no podían faltar los agentes del gobierno que ocultaron todo y un testigo (cuyo nombre no puede ser revelado) que en un principio negó todo pero luego contó la historia a su grupo de “investigación” OVNI. En un video, se muestra a un ex-cosmonauta ruso a quien ella le mostró la esfera. La falta de una buena traducción hace que no podamos saber qué dice pero Simondini ve un trasfondo sospechoso en sus expresiones.
Luego de muchas vueltas nos enteramos que esa esfera no es más que un tanque de combustible de la estación SALYUT-7, que cayó a la Tierra en 1991 desperdigando pedazos por el litoral argentino (la Asociación Entrerriana de Astronomía tiene un pedazo de escotilla). Pero ojo, la química del material es desconocida y hay muchísimas esferas que han caído en el mundo. Recientemente, por ejemplo, cayó una en Namibia.
Así como la aparición de la manipulación fotográfica y audiovisual significa que las fotos y videos ya no pueden ser considerados evidencias serias, el creciente problema de la chatarra espacial significa que ningún artefacto que caiga del cielo puede ser considerado extraterrestre.
Por alguna razón a Simondini le pareció relevante haber encontrado una pintura del 1500 en donde Jesús está parado sobre una esfera igual (que no es más que una orbe papal). Esto sólo sirvió para incrementar la impresión de que más que un museo con una sólida narrativa, se trataba de una colección semicoherente de objetos que a Simondini le parecieron interesantes.
La charla del fin del mundo
Pero antes de esto, Silvia nos advirtió de los peligros de las profecías mayas y que para mayo de este año (2012) es posible que suframos un gran apagón de 3 días. Tres días en los cuales no vamos a ver salir el Sol, ni las estrellas; no va a funcionar ningún aparato eléctrico ni el gas.
Su recomendación: hacer acopio de comida y agua, pensemos en las mascotas y compremos comida también para ellos. Pero nada de latas. Éstas pueden explotar cuando el Sol emita un pulso de energía nuclear. Y es que según Silvia el Sol está teniendo explosiones nucleares que “pueden ser muy peligrosas para el universo y especialmente nuestra galaxia”. También nos aconsejó comprar cirios; no me quedó claro si éstos tienen algún poder especial o es sólo porque son velas más gordas que duran más.
Nos aseguró que los Mayas no profetizaron el fin del mundo sino el principio de una nueva era (¿en qué consiste esa nueva era? “Dios dirá”). La Tierra está “definitivamente” yendo hacia la cuarta dimensión ¡en camino a la quinta! (la quinta dimensión, no una quinta en Pilar). Un miembro de nuestra comitiva le pidió si podía aclarar ese punto pero básicamente lo que hizo fue repetirse (video).
En ningún momento dijo como lo sabe ni presentó nada que podría siquiera aproximarse a ser “evidencia” que lo sustente. Toda apariencia de rigurosidad científica se fue por la ventana. Por un lado dicen tener evidencias de visitas extraterrestres y que son un grupo de investigación, por el otro Silvia Simondini repite acríticamente cualquier cosa que lee por internet y que encaja con su narrativa de eventos sobrenaturales y “cosas raras”.
Quieren el prestigio y la legitimidad de la ciencia pero no se atienen a la aplicación del método científico para demostrar lo que sostienen. Esto es típico de las pseudociencias; casi un rasgo definitorio.
También es de notar el patente analfabetismo científico de Simondini. Es una desgracia que una mujer tan curiosa esté tan profundamente desinformada como para creer, por ejemplo, que los que pase con el Sol puede tener una influencia en todo el universo. Lo que dijo me hace pensar que no tiene un modelo interno de como funciona el universo. Nuestro Sol es una estrella de las cientos de millones que forman nuestra galaxia; que es una de las cientos de millones que forman un universo observable de unos 46 mil millones de años luz de radio. Esta imagen del universo es uno de los logros más profundos de la ciencia, y esta mujer, que quiere saber cómo funciona el mundo, aparentemente la ignora por completo.
Me hizo acordar al principio de “El mundo y sus demonios” donde Carl Sagan relata su encuentro con un taxista que le pregunta sobre astrología. Esta persona quiere que el mundo sea un lugar mágico pero busca esa magia en el esoterismo y las teorías conspirativas en vez de en donde realmente se encuentra. La ciencia te hace ver mucho más allá de cualquier cosmovisión limitada por el poder de la imaginación humana gracias a que se nutre de las historias que nos cuenta el universo –que son inimaginables. Y la mejor manera de escucharlo (porque la naturaleza no tiene secretos, pero habla bajito), es prestándole atención, muy atentamente, con el método científico en una mano y una mente curiosa en la otra.
A Simondini, su grupo y su público evidentemente curiosidad no les falta, por desgracia su método científico deja mucho que desear.
Si hasta ahora creíamos que no podía ser peor, la siguiente presentación de Pablo Puchet sobre la famosa chapa OVNI (el motivo principal de nuestra visita) nos iba a volar la cabeza. Pero eso queda para un próximo ¿y último? post de esta serie.