Saturday 14 August 2010

La huella humana en el calentamiento global es innegable.

map-blended-mntp-201006  Unos días atrás mostré varios indicadores que muestran de forma innegable que el clima de la Tierra está cambiando. Sin embargo, en los comentarios un usuario anónimo puso en duda que la actividad humana sea el principal contribuyente. Debo admitir que yo también tuve mis dudas una vez que fui expuesto a los argumentos negacionistas. Aún si el clima estuviera cambiando, ¿cómo podríamos saber que somos nosotros los causantes?

Con solo rascar la superficie del problema, éste se torna relativamente simple. Para empezar a convencerse sólo hay que considerar dos hechos firmemente establecidos. Primero, que las concentraciones de CO2 han aumentado drásticamente desde 1750 y que actualmente están en un récord histórico. En los últimos 800.000 años, los niveles de CO2 han estado relativamente estables entre 170 y 300 ppm (partes por millón) y al momento que escribo esto, estamos a 390,09 ppm.  Segundo, las actividades humanas son responsables de 36.300 millones de toneladas anuales de CO2 lo cual es al menos 100 veces más que el emitido por todos los volcanes del mundo. Si bien muchos dirían que los procesos naturales biológicos emiten mucho más Co2 que las actividades humanas, pero esto es una verdad a medias. Es verdad que el 90% del CO2 emitido es de origen natural, pero también es cierto que existen otros procesos naturales que lo absorben en su totalidad; esto explica el equilibrio existente durante milenios.

Al considerar estos dos datos, resulta bastante sugerente atribuir el aumento en las concentraciones de CO2 a las actividades humanas. Si éste fuera natural, eso tendría que significar, necesariamente, que existe un proceso natural que está absorbiendo el CO2 antropogénico y otro (relacionado o no) que está emitiendo vastas cantidades. Si cuantificamos las variables, notamos que el incremento de CO2 “no revela en su totalidad el efecto de la emisiones humanas ya que sólo representa el 55% del mismo”; esto se debe a que procesos naturales están absorbiendo gran parte de lo que emitimos. Pero, como dije, estos datos son sólo sugerentes y no deberíamos quedarnos satisfechos sólo con ellos; correlación no significa necesariamente causación y podría tratarse de una coincidencia. Por suerte, los climatólogos saben esto y no se quedaron con los brazos cruzados.

Hay una forma muy ingeniosa para demostrar que el aumento en el CO2 es antropogénico y es mediante isótopos. El Carbono tiene tres isótopos distintos: 14C, 13C y 12C, siendo éste último el más común. Al ser distintos atómicamente, también reaccionan químicamente de forma diferente. Así, las plantas tienen más facilidad para absorber los más livianos por lo que su relación 13C/12C es menor que la de la atmósfera (un 2%). Como los combustibles fósiles son esencialmente plantas prehistóricas, éstos tienen esa misma composición. Usando anillos de árboles y núcleos de hielo, podemos reconstruir la relación isotópica en la atmósfera través del tiempo. Los resultados son claros: la relación 13C/12C disminuyó un 0,15% desde 1850. Aunque esto suena poco, no lo es; comparado con la diferencia entre el período glacial y el interglacial es de 0,03%.

Para rematar, las características del calentamiento observado son consistentes con la de uno producido por un mayor efecto invernadero. El reporte del NOAA que cité anteriormente, presenta los 10 indicadores clave que nos señalan a nosotros como causantes del cambio climático y Skeptical Science los explica con algo de detalle (aunque en inglés).

Huellas humanas

Homínidos tiene una entrada excelente en la cual analiza las evidencias que descartan al Sol como culpable.

Conclusión.

A veces es increíble todo lo que uno puede aprender acerca de algo mediante la aplicación de la ciencia. Una pregunta que, para un observador ingenuo, parecería no poder aclararse es respondida gracias a los esfuerzos y el ingenio de los investigadores. La huella antropogénica impregna todas las características del cambio climático. Los datos históricos, químicos y las características del calentamiento; todos apuntan a que los humanos somos los principales responsables. No es que seamos sospechosos, o que estemos investigados; el veredicto debería ser claro y contundente. Así como la realidad del cambio climático es innegable, también lo es nuestra participación en el mismo.