Tuesday 13 July 2010

Los fetos no sienten dolor antes de la 24ta semana.

El tema del aborto tiene problemas tanto éticos como científicos. Un análisis justo de la situación implica analizar los datos científicos al igual que ponderar las cuestiones morales. Quienes aceptan posiciones ideológicas y dogmáticas no suelten tener en buena estima la objetividad de la ciencia y no es raro que traten de distorsionar los hechos, ignoren los datos contradictorios y sólo acepten los que confirman sus creencias. Para quienes entendemos que la realidad es compleja, nuestro conocimiento está sujeto a error y que la moralidad no es una cuestión en Blanco y Negro, es un poco más difícil.

Como escribí en un post anterior, la ciencia no puede solucionar nuestras decisiones morales pero sí puede informarlas. En el tema del aborto una de las cuestiones que me parecen más relevantes es determinar cuando un feto siente dolor. De acuerdo con dos análisis de la literatura científica llevada a cabo por el Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos del Reino Unido, el feto humano recién comienza a sentir dolor a las 24 semanas de gestación; es decir, al comienzo del 3er trimestre. Esto estaría más o menos en correspondencia con los estatutos legales de varios países en los que esta fecha se considera el límite pare realizar abortos de fetos viables.

Las conexiones de la periferia al córtex no están intactas antes de las 24 semanas de gestación y, como la mayoría de los neurocientíficos cree que la corteza es necesaria para la percepción del dolor, se puede concluir que el feto en ningún sentido puede experimentar dolor antes de este punto. flag_english6

Según los estudios, la química presente en el útero tampoco permitiría que el feto sufriera en los casos de abortos tardíos ya que lo mantiene en un estado de constante sedación. Esta segunda parte me resulta algo extraña y tengo que admitir que estoy un poco escéptico. Como consecuencia de estos nuevos análisis, el ROCG actualizó su guía de recomendaciones en lo referente al aborto:

Consciencia del feto:

  • El feto no puede sentir dolor antes de las 24 semanas porque sus conexiones cerebrales no están completamente formadas.
  • La evidencia examinada por el Grupo de Trabajo mostró que los fetos, dentro del ambiente químico del útero, están en un estado de sueño inducido y está inconsciente.
  • El Grupo de Trabajo concluyó que dado que un feto de 24 semanas no tiene consciencia ni puede sentir dolor, el uso de anestesia no tiene ningún beneficio.
  • Se necesita más investigación en los efectos a corto y largo plazo del uso de anestesia en fetos de más de 24 semanas.

Terminación del embarazo por anormalidades fetales.

  • El Grupo de Trabajo concluyó que no es realista producir una lista definitiva de condiciones que constituyen discapacidades ‘serias’ dado que no existen técnicas de diagnóstico confiables. Además, las consecuencias de las anormalidades son difíciles de predecir.
  • El Grupo de Trabajo recomienda que el Programa de Detección de Anomalías Fetales de la NHS se vincule centralmente para que los resultados de los embarazos con anormalidades congénitas específicas puedan ser monitoreados.
  • Se le debe ofrecer información y apoyo apropiado a toda mujer sometida a detección prenatal.
  • En el caso de una posible terminación del embarazo, todo el staff a cargo de la madre debe adoptar una actitud no directiva y sin prejuicios.

Yo estoy de acuerdo con quienes dicen que “la vida comienza en la concepción”, aunque también habría que aclarar que el óvulo fecundado está tan vivo como un espermatozoide, una célula epitelial o una ameba. Poco importa si al feto de lo considera humano o no (especialmente si el criterio usado es arbitrario y reduccionista), lo que importa es su capacidad de sentir dolor, su consciencia. Creo que sólo las criaturas conscientes pueden formar parte de nuestro círculo moral, por lo que cuándo un feto es consciente o no es importantísimo para tenerlo en cuenta o no en nuestras decisiones morales. En las palabra de Jeremy Bentham:

No debemos preguntarnos: ¿pueden razonar?, ni tampoco: ¿pueden hablar?, sino: ¿pueden sufrir?