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Friday, 4 June 2010

Publicidad con gays no, encubrimiento de pedófilos sí.

Esta es una nueva propaganda de McDonald’s en Francia. Muestra a un adolescente hablando con su novio mientras su padre retira el pedido en la caja; al sentarse, éste se lamenta de que la clase de su hijo esté conformada sólo por varones y que si hubiera mujeres, él se las ganaría todas. Pantalla negra. “Vení como sos”. Para cualquier persona razonable esta propaganda no presentaría ninguna amenaza. De hecho, para cualquier persona razonable no sería significativa en ningún aspecto. No es graciosa, inteligente ni ingeniosa y sólo es medianamente controversial; es una propaganda más del montón sin mayor trascendencia que un anuncio de Blem!.

Pero en el mundo del conservador religioso, cualquier publicidad que no supure un mensaje de intolerancia y segregación es un ataque a sus ideales. Que McDonald’s admita la existencia de los homosexuales  sin juzgarlos como los seres sucios y pecadores que son es, simplemente, un escándalo. Es por eso que “American Decency Association” puso el grito en el cielo y llamó a todos sus lacayos a contactarse con la compañía y hacerle sabe que los bigots son también una parte de su clientela (con el obligatorio pedido de donaciones al final, claro está). Este tipo de indignación no es nuevo. Durante la navidad pasada, la American Family Association emitió un comunicado de prensa quejándose de una publicidad de The Gap porque, en sus propias palabras:

¿Se dieron cuenta? Gap compara la navidad con la celebración pagana llamada “Solsticio”. ¡El Solsticio es celebrado por Wiccas que practican la brujería"!

InfoCatólica hace eco de esta indignación con el tendencioso título de “McDonald´s lanza un anuncio televisivo que promueve la homosexualidad adolescente”. Pero la mayor joya está en los comentarios:

Dice Anita:

Yo sí soy radical en esto. NUNCA MÁS vuelvo a comer en McDonalds.

Holy 7703 se preocupa (aunque esto parecería un Poe)

mmm la verdad me parece horrible q pasen estas cosa, no saben cuanto duele arrepentirse de ser homosexual1!!!!!! q malvados, kieren corromper a nuestros jovenos, haciendoles creer q eso esta bn pero no lo esta!!!!!!!!!

Comenta clara:

Pues me han hecho la cusqui, pero a partir de ahora tendremos que celebrar algunos domingo de comida fuera con los niños en un kebab. No vuelvo a MacDonalds.

Es muy probable que los autores de esos artículos piensen lo mismo aunque no lo hayan escrito expresamente. Y acá es donde ser ve la mayor hipocresía del fundamentalista católico: que una compañía publique una propaganda en donde se muestra a un adolescente gay es intolerable y merece que uno no haga más negocios con ésta; pero que una institución religiosa encubra pedófilos y silencie a las víctimas es un “problema” y no significa dejar de donarle dinero. Y ni hablar de que, como me hizo notar mi esposa, los homosexuales no pueden llegar al cielo mientras que los curas pedófilos sólo “se equivocaron” o “cometieron errores”.

Wednesday, 5 May 2010

[Addendum] Argumentos contra el matrimonio homosexual.

Hay dos formas de refutar un argumento, demostrar que el argumento es inválido o demostrar que sus premisas son falsas. El primer método es el más usado pero como los hechos siempre pueden ser puestos en duda se puede entrar en una gran discusión acerca de si la premisa es verdadera o no. Es por eso que, en mi opinión, siempre es más efectivo atacar los argumentos en su estructura, demostrar que son inválidos. Contra las leyes de la lógica no se puede discutir; una falacia es siempre una falacia. Por ejemplo, si alguien propone que

  1. Si los extraterrestres construyeron las pirámides, entonces no fueron los egipcios.
  2. Los egipcios no construyeron las pirámides
  3. Por lo tanto, los extraterrestres construyeron las pirámides.

uno podría discutir todo el día acerca de la falsedad de las premisas. Habría que evaluar y sopesar la evidencia, buscar información y, por sobre todo, convencer al otro. O puede uno señalar que la forma del silogismo es un caso de Falacia de Afirmación del Consecuente y dejarlo ahí. Demostrar que se violan las leyes básicas d la lógica es una herida mortal para cualquier argumento y no requiere mayor consideración.

En mi post acerca de los argumentos usados por la IC en contra del matrimonio gay, uno de los argumentos expuestos era el siguiente:

SE AFECTA EL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO: La legalización de uniones de personas del mismo sexo vulnera el interés superior del niño, criterio rector de la Convención sobre los Derechos del Niño, pues incluye la pretensión de tener descendencia, ya sea por técnicas de procreación artificial o por adopción. En este sentido, el niño tiene derecho a crecer y desarrollarse en su dimensión psicosexual a partir de la complementariedad entre varón y mujer. Tal legalización altera los principios civiles que regulan la filiación matrimonial y sus presunciones. Los proyectos pretenden eliminar todas las leyes donde se habla de “padre” y “madre”. No puede experimentarse con los niños, máxime cuando se han señalado diversas consecuencias negativas que podrían derivar de la sanción de estos proyectos de ley.

Mis objeciones se centraron básicamente en la falsedad de las premisas: No es verdad que los niños criados por homosexuales tengan más problemas psicológicos que los criados por heterosexuales. Pero creo que hay una forma mucho más eficiente de demolerlo. En la legislación argentina (aunque quizás esto es igual para otros países) la Ley de Adopción del Código Civil no prohíbe la adopción por parte de solteros homosexuales. Citando el artículo relevante:

Art. 315. Podrá ser adoptante toda persona que reúna los requisitos establecidos en este Código cualquiera fuese su estado civil, debiendo acreditar de manera fehaciente e indubitable, residencia permanente en el país por un período mínimo de cinco años anterior a la petición de la guarda.
No podrán adoptar:
a) Quienes no hayan cumplido treinta años de edad, salvo los cónyuges que tengan más de tres años de casados. Aún por debajo de éste término, podrán adoptar los cónyuges que acrediten la imposibilidad de tener hijos;
b) Los ascendientes a sus descendientes
c) Un hermano a sus hermanos o medio hermanos.

En Argentina los homosexuales no sólo pueden adoptar sino que lo hacen. Pero sólo pueden hacerlo como solteros. Es decir que si una pareja gay quiere adoptar un hijo, éste sólo es reconocido como hijo de uno de ellos. La legalización del matrimonio homosexual lo “único” que va a hacer es reconocer a esos niños como hijos de ambas partes, con todos los derechos que eso significa.

Esto significa que el argumento anterior, no sólo es falso, sino que es completamente irrelevante. Es, en esencia, un arenque rojo (También llamado Ignoratio elenchi). Señalar esto es un golpe fatal para cualquier apelación al interés de los niños y sin la necesidad de abrir las puertas a un gran debate acerca de si es verdad que para la crianza de un niño necesita un papá y una mamá.

Monday, 3 May 2010

La Iglesia ofrece argumentos contra el matrimonio homosexual.

En AICA.org hacen un resumen de los argumentos expuestos por la Conferencia Episcopal Argentina en conjunción con la Universidad Católica Argentina. Estos bastiones del fundamentalismo católico y la lucha contra la igualdad de derechos hace rato que están alborotados pero en ningún momento creo haber oído o leído argumentos serios que fundamentaran su posición. Todo lo que uno encuentra son alusiones vagas al valor de la familia, los intereses del niño y una supuesta apelación a la naturalidad. Ahora, por fin, tenemos los argumentos concretos de la Iglesia Católica Argentina para debatir correctamente. Voy a comentar sobre ellos en el orden que están escritos

Primero tenemos uno de carácter legal:

INCONSTITUCIONALIDAD DE LOS PROYECTOS: La Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos con jerarquía constitucional reconocen al matrimonio como la unión de un varón y una mujer, como surge de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) cuando reconoce en el artículo 16.1: “Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia...”; del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) en su artículo 23.2: “Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia...” y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969) en el artículo 17.2: “Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia...”. Por tanto, las uniones de personas del mismo sexo no tienen título jurídico para requerir la tutela del Estado.

Quiero notar, primero que, no sé hasta qué punto la inconstitucionalidad de un derecho civil debería ser motivo serio para su negación. Si la Constitución Nacional hubiera establecido el derecho a tener esclavos estos obispos deberían estar en contra de su abolición. Si la CN hubiera establecido que sólo los hombres mayores de 18 años pueden votar, deberían estar en contra del sufragio femenino.

Pero aún así, analizando los artículos citados vemos que estos sólo otorgan o reconocen el derecho de las parejas heterosexuales a contraer matrimonio. En ningún lado dice que dicha institución sea exclusivamente para uniones entre un hombre y una mujer. Dado que en ningún ejemplo de los que propusieron se cita una prohibición expresa de dos personas del mismo sexo a contraer matrimonio, no podemos decir que el reconocimiento de este derecho viole la constitución o los tratados internacionales. “Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no mande la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe” (Artículo 19 de la CN)

¡Los niños! El segundo argumento es, esencialmente, una elaboración de la apelación a los niños:

SE AFECTA EL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO: La legalización de uniones de personas del mismo sexo vulnera el interés superior del niño, criterio rector de la Convención sobre los Derechos del Niño, pues incluye la pretensión de tener descendencia, ya sea por técnicas de procreación artificial o por adopción. En este sentido, el niño tiene derecho a crecer y desarrollarse en su dimensión psicosexual a partir de la complementariedad entre varón y mujer. Tal legalización altera los principios civiles que regulan la filiación matrimonial y sus presunciones. Los proyectos pretenden eliminar todas las leyes donde se habla de “padre” y “madre”. No puede experimentarse con los niños, máxime cuando se han señalado diversas consecuencias negativas que podrían derivar de la sanción de estos proyectos de ley.

La “complementariedad entre varón y mujer” es un término vació y sin sentido y no hay ninguna evidencia de que los niños criados por homosexuales tengan más problemas psicológicos que los criados por heterosexuales (más allá de los que son fruto de la propia discriminación que perpetúa la IC). Una revisión de la literatura realizada por la Universidad de Yale concluye:

La literatura científica substenta la noción que los hijos de madres lesbianas y padres gay no son más propensos a ser homosexuales y no son diferentes de niños criados por padres heterosexuales en cuando a desarrollo de la personalidad, desarrollo psicológico e identidad de género. [fuente]

El estudio sostiene que hace falta más investigación, pero lo importante es que no existe evidencia que substente el argumento. Existen grupos ideológicos dedicados a probar que esto es así (en contraposición a investigar la cuestión) y sus métodos y propagandas son reminiscentes a los grupos que tratan de probar la existencia del Síndrome Post Aborto. De nuevo nos encontramos con un caso en el que la ideología trata de distorsionar la ciencia.

Por otro lado, el argumento falla en otro aspecto. Oponerse a las uniones homosexuales apelando al derecho de los niños a tener una mamá y un papá significa oponerse a las madres y padres solteros. La consecuencia lógica de este argumento es la prohibición de las mujeres solteras a tener hijos o de los padres viudos a criar a sus niños.

El tercer argumento tiene dos partes

MODIFICACIÓN SUSTANCIAL DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL: La reforma del matrimonio tal como está regulado en el Código Civil proyecta sus efectos sobre todo el ordenamiento jurídico y la sanción de una ley de estas características supondría la modificación de partes sustanciales del Código Civil y de otras numerosas normas vigentes, sin que se cuente con los estudios sobre las consecuencias de tales modificaciones. Por otra parte, los beneficios que se conceden legalmente al matrimonio fueron instituidos considerando su constitución por varón y mujer y sus funciones intransferibles en la transmisión de la vida y la educación de los hijos. Estas uniones de personas del mismo sexo no cumplen tales funciones ni generan esos beneficios.

La primer parte podría resumirse a un “esto es un cambio”. Ehm.. ¡DUH!. Claro que es un cambio, un cambio para mejor.

Podés ganar una medallita, pero si no podés cojer, no podés casarte.La segunda es un parafraseo del eterno “los homosexuales no pueden procrear”. Hay miles de hombres y mujeres que no pueden tener hijos, muchos otros que no quieren y otro tanto que quiere pero por razones externas no lo hacen, ¿está en contra la IC del matrimonio sin hijos? ¿Prohibiría las uniones entre estériles y obligarían a los casados a procrear so pena de la anulación del matrimonio?

Es curioso que la IC acuse la educación sexual “reduccionista” cuando utiliza argumentos que reducen el matrimonio a la posibilidad de tener hijos. Usemos las palabras del Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela y digamos que esta concepción del matrimonio como una ‘máquina para hacer hijos’ resulta de “una condición puramente positivista y pragmatista de la persona humana en la que su realidad, su dignidad, se ven reducidos a lo puramente funcional y a lo puramente aprovechado, es decir, no se ve al hombre como un sujeto trascendente en su consistencia personal, en su destino, independiente de cualquier poder que hay que respetar

Dejo de lado el argumento “SOBRE LOS PROYECTOS DE UNIÓN CIVIL” ya que es irrelevante, así que paso al quinto.

     BAJA INCIDENCIA DE UNIONES HOMOSEXUALES Y DETERIORO DE LA UNIÓN HETEROSEXUAL: Sin perjuicio de los argumentos de fondo, cabe señalar que, en los países en los que se legalizó como matrimonio la unión de personas del mismo sexo apenas un 5% (o menos) de la totalidad de la población de orientación homosexual tiene interés en contraerlo, y una vez que lo contrae la unión tiene baja duración. Ello provoca la disminución de la tasa de matrimonialidad. En consecuencia: las personas de orientación homosexual una vez que tienen el matrimonio, no se casan; pero perjudican a las personas heterosexuales, y a la institución matrimonial: después son menos los que quieren contraer matrimonio (ni homosexuales, ni heterosexuales).+

No sé por qué pensaron que esto era pertinente a ser presentado en la legislatura.

El primer punto carece de importancia y, de hecho, socava cualquier objeción en contra del matrimonio homosexual. Si la tasa de matrimonio entre personas del mismo sexo es tan baja cualquier efecto pernicioso hacia los niños o la sociedad debería ser mínimo.

El segundo es un sinsentido. ¿Cómo perjudica a las personas heterosexuales que los homosexuales no se casen? Si tanto mal hace que los gays no se casen, entonces la IC debería estar exigiendo a gritos que se legalice.

Conclusión

Los argumentos presentados por la Conferencia Episcopal son inválidos y contienen premisas falsas. Apenas son una ampliación de las apelaciones a la familia y los niños y no pueden ser la base de ninguna legislación seria.

Monday, 26 April 2010

Excusas católicas: revolución sexual y homosexualidad.

Las excusas y las lavadas de mano siguen siendo moneda corriente para la Iglesia Católica. Las técnicas que utilizan para borrar cualquier asociación con los casos de pedofilia y su encubrimiento parecen salidas de una máquina de hacer chorizos.

Ya hable del clásico “la culpa es de los miembros, no de la Iglesia en sí”. Si bien esto es técnicamente correcto (en el sentido de que una institución no realiza acciones sino a través de sus miembros), es incompatible con la idea de que la iglesia es elogiable por sus actos de bien.

Pero más curioso son los intentos de “externalizar” el problema. La idea es que el abuso sexual a menores y el encubrimiento de los abusadores son males de la sociedad en general, no particulares de la Iglesia. Esto evita los problemas del argumento anterior ya que no se basa en principios generales. El argumento es que en este caso en particular, en este momento en la historia, este problema particular es de origen social; puede ser que haya problemas de los que la Iglesia pueda ser culpada (digamos las cruzadas, la inquisición, el negacionismo científico en general, el aumento en la propagación del SIDA por la prohibición de los preservativos…) pero no este caso.

Este tipo de discurso se ve cristalizado en declaraciones como las del Cardenal Camillo Ruini:

Cuando la exaltación de la sexualidad invade todo espacio de la vida y cuando se reivindica la autonomía del instinto sexual de todo tipo de criterio moral, se hace difícil explicar que determinados abusos son absolutamente condenables.

Sí, leyó bien al Cardenal Ruini no se le ocurre ninguna razón para explicar por qué violar niños sería condenable (salvo la prohibición religiosa). ¿Después el secularismo lleva a la decadencia moral? Y este sentimiento, esta confusión es la que hace que el Obispo de Tenerife sostenga que

Si te descuidas [los adolescentes de 13 años] te provocan

Sí, leyó bien, al Obispo Bernardo Álvarez le provocan los adolescentes de 13 años. Una actitud parecida expuso el obispo de San Cristóbal al culpar a la pornografía y al libertinaje por el abuso infantil. Dice Felipe Arizmendi:

Es muy difícil para un sacerdote mantenerse casto y célibe cuando hay tanto incentivo en sentido contrario.

Sí, leyó bien al Obispo Felipe Arizmendi le cuesta contenerse y no violar niños. Pero estos tres ejemplos son probablemente injustos. Son tres casos de expresiones ridículas, quizás poco felices y seleccionadas deliberadamente por estos motivos. Estas palabras no reflejan necesariamente lo que piensa la mayoría de los curas o de los católicos laicos, aunque sí refleja las opiniones de sus dueños.

Una posición un poco más seria es la del psiquiatra Dr. Richard Fitzgibbons que en un tono sobrio y lleno de cháchara pseudocientífica psicoanaloide vincula la homosexualidad con la pedofilia. Este es también un tema recurrente en los medios católicos. Con esta táctica matan dos pájaros de un tiro: Por un lado, se libran de la condena social de sus seguidores; por el otro, encausan toda ese enojo y resentimiento hacia los homosexuales. Esto es, a todas luces y para cualquier con dos dedos de frente, una idiotez. Sin embargo, Fitzgibbons cita el estudio John Ray para sostener su tésis. En un muy buen artículo de Alerta Religión, Pablo Flores explica por qué esto es mierda: El estudio en cuestión dice exactamente lo contrario.

La mayoría de los abusos sexuales clericales a menores son sobre niños (masculinos). Esto no indica una orientación homosexual del abusador sino que es resultado de su acceso preferente a niños varones. Dentro y fuera de la Iglesia es común que un varón adulto abuse de niños varones y a la vez mantenga relaciones sexuales normales con mujeres.

La sexualidad humana es muy compleja (la realidad es complicada, ¡quién lo diría!). La homosexualidad, por ejemplo, no puede definirse sólo como “tener sexo con personas del mismo género” ya que en el comportamiento sexual influyen un montón de factores, Karen Terry (doctora en criminología del a Universidad de Cambridge) afirma que:

“Es importante separar la identidad sexual y el comportamiento. Alguien puede realizar de naturaleza homosexual pero no tener una identidad homosexual”-

La homosexualidad de los marineros en altamar es proverbial, pero también lo es tener una novia en cada puerto.

Si todo esto no es suficiente para eliminar cualquier intento de vincular la homosexualidad con el abuso sexual, ¿por qué no ver qué dice la literatura científica al respecto? Este artículo de la Universidad de California Davids en el que se explora la relación entre homosexualidad y abuso infantil concluye:

La investigación empírica no muestra que los hombres gays o bisexuales sean más propensos que los hombres heterosexuales a abusar niños. Esto no significa que los hombres homosexuales o bisexuales nunca lo hagan, pero no hay base científica para decir que ellos son más propensos a hacerlo que los heterosexuales. Como ya fue explicado, de muchos abusadores de niños no puede decirse que tengan una orientación sexual adulta; están obsesionados con los niños.